30 noviembre 2006

caras por casualidades o azares que no busco comprender


dibuja. deja moverse a capricho la lapicera.
garabatea mientras llama y se presenta. hola buenas tardes, mi nombre es nadia. la lapicera viene y va. sin sentido, como cada llamado, cada día, cada minuto. parecen impulsos, reacciones programadas, establecidas, rígidas, banales, efímeras, MUERTAS. no gracias. los dedos que se mueven inquietos ante la indiferencia, el rechazo-programado-asentido-pre-de-ci-ble-conocido, y el intento desesperado de explicar la existencia
SE AGOTA,
ahogándose en un tono muerto, que enfurece sus manos y aprieta la lapicera, allí donde antes sus dedos bailaban. y ese corte, abrupto salto
(stop!)
marca su hoja cruelmente, empezando por una arruga, otra, y otra, que luego es un bollo y el tacho de basura.
tras el otro lado, el tubo yace en la mansedumbre, en un cómplice reposo de quien ignora que tras las vibraciones telefónicas se esconde entrecortada (tal vez) y enajenada (probablemente) un alma. pero alma al fin, con vibraciones aún mas fuertes que las que reproduce aquel aparato plástico sobre la mesita de luz, o los parlantes de la pantalla que se devora las noches de silencio en la cabecera de la mesa, como invitada de honor y reina soberana.

y qué saben del otro lado de los garabatos que se juzgan mecánicos. qué saben del otro lado cuán rápido late su corazón, cuán fuerte se aprieta su puño o cuánto se resiste una lágrima de sus ojos a deslizarse por sus mejillas enrojecidas (¿de furia?).
el corte es suave, simple, redentor. y permite volver al reinado multicolor radiante, sublevación dulce de los sentidos y la crítica.

¿quién era?

nadie.

¡qué sarcasmo!, uno creería que escuchó su nombre, su carmesí nombre, y es una sutil diferencia vocal lo que crea un abismo irreconciliable e imposible de sortear. y allí termina, para quien fuera que ha decidido no responder a sus breves preguntas, su existencia; en cambio tan lineal y trascendente de este lado del tubo...
sin duda no saben que el papel es un fiel reflejo suyo, que los movimientos de sus dedos aún resisten la mecanización imperante, que un mínimo de libertad en sí conserva (y defiende a regañadientes) a pesar de la opresión alienante

-productividad.productividad.productividad-

sin duda ignoran que tras los trazos rojos, entre las caras que se dibujan por casualidades (azares que no busco comprender), está escrita la historia de cada día. sin duda nunca pensarán que alguien pueda leerlos y sentir el mismo odio-asco-indignación que yo siento, ante la indiferencia egoísta con que nos toca enfrentarnos cuando del otro lado oyen ring ring.

toma un nuevo papel.
dibuja. deja moverse a capricho la lapicera.
garabatea mientras llama y se presenta. hola buenas tardes, mi nombre es nadia. la lapicera viene y va. sin sentido, aunque en realidad, llena de él, a diferencia de todo lo demás.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La razón por la cual escribo cuentos fantásticos es porque me producen una satisfacción personal y me acercan a la vaga, escurridiza, fragmentaria sensación de lo maravilloso, de lo bello y de las visiones que me llenan con ciertas perspectivas (escenas, arquitecturas, paisajes, atmósfera, etc.), ideas, ocurrencias e imágenes. Mi predilección por los relatos sobrenaturales se debe a que encajan perfectamente con mis inclinaciones personales; uno de mis anhelos más fuertes es el de lograr la suspensión o violación momentánea de las irritantes limitaciones del tiempo, del espacio y de las leyes naturales que nos rigen y frustran nuestros deseos de indagar en las infinitas regiones del cosmos, que por ahora se hallan más allá de nuestro alcance, más allá de nuestro punto de vista. Estos cuentos tratan de incrementar la sensación de miedo, ya que el miedo es nuestra más fuerte y profunda emoción y una de las que mejor se presta a desafiar los cánones de las leyes naturales. El terror y lo desconocido están siempre relacionados, tan íntimamente unidos que es difícil crear una imagen convincente de la destrucción de las leyes naturales, de la alienación cósmica y de las presencias exteriores sin hacer énfasis en el sentimiento de miedo y horror. La razón por la cual el factor tiempo juega un papel tan importante en muchos de mis cuentos es debida a que es un elemento que vive en mi cerebro y al que considero como la cosa más profunda, dramática y terrible del universo. El conflicto con el tiempo es el tema más poderoso y prolífico de toda expresión humana********
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LOVECRAFT...´
MI AMADO LOVIE.. CONSIDERANDO ESTAS SUBLIMES IDEAS VOLCADAS POR MI GRAN ESCRITOR MALDITO...ME ATREVO A DECIRTE: BIENVENIDO AL MUNDO DE LO FANTASTICO Y OMINOSO..


BYE... VERAS.. ESTOY MUY AL PEDO EN CASA... XD

Anónimo dijo...

Amen hermana!
Por lo mismo,
yo también los escribo.

Este ultimo texto tuyo es alucinante...

ya lo sabes.
El arte no se estudia.