Hace mucho no actualizaba. La facultad y el trabajo lo dejan a uno sin tiempo, sin tiempo, sin tiem-po (tictactictactictac). Y lo que lo rodea se olvida, se gasta, se corroe. Pero no. No todo se corroe. El amor y la literatura no. Nunca. Ni siquiera los años, los siglos. Nadie. Nada. ¿Acaso hay algo más allá de eso?... Entonces resulta que el tiempo no existe, ni tampoco sus poderes.
Los dejo con un poema que escribí hace poco para el taller y con un link que pasará a formar parte de mi famosa lista de páginas a ser vistas (¡oh que lujo!) Rayuela
Lo ajeno y lo propio
Veo
siento
huelo
saboreo
escucho:
lo ajeno
El mundo por fuera de mi mismo
tan hecho
tan pensado
tan mundo
(pero no,
no tanto hermetismo)
Creo que escribir es ser
y yo escribo porque soy
y cada letra es
destrucción:
que es negación
de lo establecido
de lo finito
del punto último y absoluto del discurso;
que es afirmación
de la propia conciencia
de la sensibilidad nueva
del querer que el mundo ya no sea tan mundo
sino nuevomundo
(y luego)
construcción.
de lo propio
Como verdaderamente es
nuevo nuevo nuevo
desde mis entrañas
sangrante y doliente
gozoso y vivo
reafirmación total
ausente de miedos
rebelde y crítica
sin olvidarme por ello
métodos
–cimientos necesarios,
ningún edificio se construye en la arena–
donde nace mi creatividad,
desde la necesidad de dejar de ser
mero espectador
y arriesgarme a ser/escribir
artista constructor
del mundo por mi mismo.