26 abril 2006

Fría silenciosa oscuridad solitaria

Lo prometido es deuda, y otro post para abril. Lo que viene es en realidad un juego de palabras, lo que al principio parece divertido y es como un trabalenguas, en realidad esconde también un mensaje... aunque no lo esconde, es re obvio jajaja...

Fría silenciosa oscuridad solitaria

Sólo solitaria soledad
solamente solos
oscurece oscuridad
oscureciendo oscuro

Solamente oscurece
solitaria oscuridad
oscureciendo solos
sólo oscuro soledad

Oscura soledad
solitaria oscuridad
¿Hay alguien allá?
¿Alguien allá hay?

Silencio silencioso
silenciador "Shhh"
¿Hay alguien allá?
¿Alguien allá hay?

Silenciosa oscuridad solitaria
oscura soledad silenciadora
Shhh
...

Ssssssssss (whisper)
Viento frío enfría fríamente
la silenciosa oscuridad solitaria
Ssssssssss (whisper)

Fría silenciosa oscuridad solitaria
roza la oscura piel de mi soledad
Fríamente silenciadora avanza
fría silenciosa oscuridad solitaria.

Enfría mi alma silenciosa
la deja sola en la oscuridad
¿Hay alguien allá?
¿Alguien allá hay?

Ssssssssss
Fría silenciosa oscuridad solitaria

19 abril 2006

El aula 8

Hacía mucho que no posteaba, pero en fìn me decidí y lo hice. Lo que sigue es algo que escribí el primer día del CBC, el 28 de marzo, mientras esperaba llegase mi profesora. Si no lo publiqué antes es porque no me convencía, pero en fin ahora sí y eso. Prometo más entradas para abril...

¿Alguien sabe dónde está el aula 8?

Tenía que ser así, imposible que fuera de otro modo. La historia es cíclica, recorre los mismos senderos sinuosos, eternos espirales. Lo de siempre le pasa al de siempre y eso es un vicio indestructible. Algo así como eso de que quien tropieza con una piedra lo vuelve a hacer y lo vuelve a hacer. No siempre es por ese "quien" que sucede. A veces la historia es caprichosa se ensaña con un único argumento y no lo suelta. Se aferra a él como un bebé a su chupete. ¿Que tenemos un destino? Bah! puras basuras. ¿Que la historia juega con nosotros en sus casualidades? Eso seguro. Pero también es seguro que podemos conocer sus trucos, o al menos, suponerlos.
Me lo imaginé. El día anterior se me había cruzado por mi mente. ¿Y si al igual que en primer año me equivocaba de aula y tenía que andar preguntado a todos cuantos viera cuál era mi lugar en el munndo?... No. Negué eso rotundamente. Tenía los horarios, la materia y el aula bien escritos. Además no había duda alguna, esta vez estaba yendo a una clase de Sociedad y Estado y no había ningun cartel que puediese engañarme (como el famoso s/l que puede interpretarse como salida laboral, o "sin laboral", como fue mi caso). Pero siempre, todo buen jugador lleva consigo un As bajo su manga (y está bien, no puedo culpar a la historia de ello, pues todos necesitamos garantías de ganar), y es necio, como me pasó, ignorarlo.
Así fue que fui a Drago, tranquilo, con la seguridad absoluta de haber crecido y haberme avivado. Entré lo más campante, como quien tiene de antemano ganada una batalla, creyendo encontrar el aula 8 en el mismo pasillo donde la 7 y la 9... Asombrosamente había un bache. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 9... No había aula 8. Revisé una y otra vez. ¿Y si en vez de un 6 es un 8 que se borroneó?, no, no, por más que quisiera no podía ser. Mmm tal vez esta que no tiene número. Tampoco, era la bilbioteca...Así que con estas te venías eh!, raptando mi aula, desterrandola al inframundo!!!
Pregunté entonces a cuanta alma caritativa encontraba dónde podía estar. Que arriba, que abajo, que la que no tiene número. En fín, una recorrida express por Drago sin costo alguno, toda una ganga!. Resigando, pensé que me había equivocado, que lo mio terminaba en el secundario, tal vez eso del destino... o eso del mal de ojos, capaz era cierto y me habían ojeado o hechado la luz negra. O tal vez un gato negro que me cruzé, o la escalera que pasé por abajo...
- Está afuera che.
- ¿Eh? ¿afuera?... gracias...
Escéptico salí por una puerta que terminaba dando a un patio con árboles y pasto. Mi primer paneo no registró existencia de aulas allí, pero una segunda vista dio con el 31 y el 8. Efectivamente, eso del mal de ojos, del destino y el gato negro no eran más que idioteces.
Y sí, tal vez ciertas personas repetimos hechos semejantes. Pero lo cierto es que no existe destino alguno que nos automatize o enajene. Simplemente es la historia, que tras tanto llanto busca reirse un poco.