22 diciembre 2005

QuEdAn LoS aRtIsTaS!!!

El otro día en una reunión familiar alguien empezó a contar su viaje a la ciudad de Merlo, San Luis. No dejó de hacer notar su asombro, remarcando las buenas condiciones en que se encontraba la ciudad, contrapuestas totalmente a las ruinas (típicas, creo, del orgullo enceguedor de quien vive en una urbe cosmopolita y centro, como ser la Ciudad de Buenos Aires, espera encontrar en una ciudad periférica y pueblerina) con las que creía tendría la oportunidad de toparse.
No sería muy difícil adivinar que, al hablar luego de las condiciones de los habitantes, nombrara el famoso 3,4% de desocupación del que se jacta la gobernación actual (¿comparable con el porcentaje de Francia, Estados Unidos, Japón o Suiza?). Su asombro tenía, de esta forma, raíces en el hecho de que sus afortunados ojos no encontraron situación alguna de pobreza, nombrado como vagos ejemplos la ausencia de mendigos o “limpiaparabrisas”.
Sin embargo este personaje no se contentó con el conformismo del sentido visual, como juez que bastara para sentenciar una situación de reprochable o no. Hubo entonces de haber “investigado” (y si lo escribo entre comillas es porque en este caso sí se contentó con el conformismo de no ampliar las fuentes en la búsqueda objetiva de la verdad), pues nombró con lujos de detalle los planes que el gobierno de “el Adolfo”(como el lo nombraba, aunque siempre aclarando no ser “adolfista”) había implementado para asegurar el pleno empleo. Los mismos, sepa el lector disculpar, no los mencionaré, tanto por dudar de la veracidad de mi memoria para los detalles (burdos y burocráticos), como por considerarlos una farsa.
“Bien que mal eso que hacen los dignifica, les da un lugar en la sociedad y no andan pidiendo las monedas para el vino. ¿Qué querés que te diga? Es otro país.”, sus palabras textuales. Es cierto que el trabajo dignifica y que ocupar un lugar en la sociedad es imprescindible para el propio desarrollo de las facultades individuales... Pero la libertad de prensa también lo es. Y cuando no podemos hablar por nosotros mismos, dejamos de ser nosotros mismos. Quisiera saber como están en San Luis la censura y la propaganda oficialista...
Yo tuve la suerte hace poco, de “enganchar” en canal Volver un monólogo de Pinti. Hablaba de historia, viajes, cultura de otros países, política internacional y terminaba con una reflexión que personalmente me llegó mucho. Por supuesto, todo con su infaltable humor. “A veces parece que no aprendimos de todo lo que sufrimos. Ojalá no nos pase como Europa, tener que pasar dos Guerras Mundiales y vivir el horror de ver flamear una esvástica en una bandera en suelo propio...” decía más o menos, como respuesta a quienes exigen los tanques en la calle, un gobierno militar, asegurando que durante ese tipo de procesos habían estado mejor económicamente. “¡¿Por qué mierda tienen que medir todo con la economía?!” (creo que) agregó.
Y es justamente esto lo que me indignó. ¿Cuándo aprenderemos que la dignidad, el trabajo y el progreso tienen que ser consecuencia de nuestras manos todas, y no mérito de un dictador, demagogo o señor feudal benevolente?. Si queremos construir una democracia fuerte, todavía nos faltan muchos cimientos en la Argentina del bicentenario. La dignidad no surge de un día para el otro, ni mucho menos con planes “de trabajo” de un gobernador o un decreto de un dictador. La dignidad se va construyendo con la sangre, el sudor y las lágrimas de un pueblo, con trabajo compartido. Hay que dejar de esperar el salvador de las urnas y tomar las herramientas. Nosotros somos el país, el gobierno. Nada de propagandas oficialistas que versen “Cumplimos” y muestren fotos del “héroe” que cumplió. ¡Basta de personalismos!.
Por años los socialistas parlamentarios presentaron proyectos de leyes para cambiar la situación de explotación de obreros y asalariados. Pero eso sólo se tuvo en cuenta cuando un general tomó las armas, se hizo del gobierno y proclamo los cambios. Así ese dictador fue el héroe y no el pueblo. La propaganda inundó todo, la censura se hizo moneda corriente... lo demás es historia... Pero lo triste es que hoy se lo recuerda como el autor de dichas leyes, el que cambió la realidad. “Podrán criticarle los medios, pero no los logros.” Muchos dicen maquiavélicamente. Pero los logros no pueden separarse de los medios... En la actualidad y como consecuencia del pasado estamos condenados por historias de caudillos y personalismos, que nos frenan en la construcción de una democracia pluralista y tolerante.
Claro que debemos reforzar la economía y eliminar la pobreza, pero no debemos olvidarnos de la libertad de expresión, pues es lo que en el fondo nos hace vivos... Así tampoco debemos lavarnos las manos, no basta con ir sólo a votar. Si queremos vivir en democracia actuemos, gobernemos, seamos críticos y no nos dejemos convencer nunca, porque la realidad es NUESTRA.

“Pasan radicales y peronistas,
quedan los artistas”
E. Pinti
¡EL ARTE SOMOS NOSOTROS,
QUE NO NOS CALLEN NI MATEN DE HAMBRE!”

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