06 noviembre 2005

Reconectado

Después de una semana incomunicado con el mundo, vuelvo glorioso a los mares de la web. Es que estuve sin msn, ni hotmail, ni yahoo, ni gmail por una semana!!!. Y si bien es poco ya empezaba a desesperarme. No es que sea un messenger adicto, pero hay ciertas circunstancias que obligan a uno a escudarse bajo la estrechez de los mensajes electrónicos... En la web no somos los mismos que en la calle y eso es cierto. Tras el monitor nadie puede vernos y sólo nosotros conocemos nuestra verdad. Podemos estar creando mares de tristezas y soledades, pero ser ante el monitor ajeno un cielo despejado de plena mañana. No es algo que escape a nosotros... todos conocemos el teatro de la vida, todos alguna vez hemos disimulado bajo una sonrisa un llanto. Pero internet nos da otros límites. Es más fácil elegir qué mostrar de nosotros y qué ocultar tras el placard. Y esta tal vez "ausencia de límites" es lo que nos permite forjarnos como creadores de nuestra propia imagen. Una imagen que vendemos con moño, que preparamos con los mejores colores para llamar más la atención, o bien para pasar disimulados, como interesantes o diferentes, todo depende lo que busquemos, o lo que sepamos que los otros comprarán... Somos verdaderos comerciantes y no perdemos la oportunidad de subirle el precio a nuestro producto, y como buenos economistas sabemos que la publicidad es lo escencial... Si no vendemos somos unos fracasados, y nuestra misión en este mundo (captar el bolsillo de cuanto comprador exista) está terminada. "(...) Se levantó de cara al Sol y le dijo: ¡Qué sería de tu felicidad si no tuvieras aquellos por los que brillas! (...)", y si los perdemos nuestro brillo opaca porque no somos nada sin ellos. ¿Estamos condenados acaso a vivir publicitándonos?. Es cierto que necesitamos de otros para estar vivos, pues si fueramos solos, ¿cómo sabernos vivos?. "Pienso, luego existo", yo digo "Hablo, me responden, luego existo". ¿Para qué un poema, si no para encantar a otro?, ¿Para qué una canción, si no para endulzar el oído de otro?, ¿Para qué una oración, si no para pedir por otro?, ¿Para qué un corazón, si no para latir por otro?...
Mientras moldeamos nuestra imagen vamos reformando principalmente esas partes que sabemos que otros no aprecian... pero ¿hasta dónde moldearemos nuestra imagen sin que deje de ser "nuestra imagen"?. Caemos en el dilema de no saber si moldearnos para otros o no hacerlo, brillando así sólo para nosotros mismos, ahogando de a poco el fuego que nos hace únicos. O encajamos, o que los otros se encajen. Pero, ¿Qué hacer cuando los otros no encajan o no quieren hacerlo?, Quedarnos en el molde hará que se quiebre la arcilla. No poder compartir lo que somos hace caer en un eterno vacío todas nuestras cualidades. "No me importa si los demás no me entienden", ese egoísmo sin embargo no puede ser aplastado por la masificación que nos convierte en algo que justamente "no hay que entender" pues no es más que un "cacho de lo mismo". Parece aparecer como solución tapar lo que somos con una imagen que no refleje del todo lo que somos. ¿Qué es lo que reflejamos?, muchas veces ni nosotros sabemos, pues suelen ser impulsos de una máquina lista para "disimular". Y aquello que creemos nos hará mostrar de nosotros lo mejor terminará por cavar la tumba de nuestra sonrisa. Así adoptamos palabras que no son nuestras, que no nos gustan, pero que "encajan", vamos entrando en el juego, y nos damos cuenta, cuando el partido termina, que sólo hemos estado atajando penales. Que nos hieren, nos tiran al piso y nos exigen levantarnos otra vez, para preparar las manos y no dejar entrar a nuestro corazón la amenazante verdad, que sabemos terminará con el partido y nuestra imagen, aquella que hemos sabido conservar hasta no aguatar más. Hasta que nos sangren las manos de atajar la verdad y nos lloren los ojos de saber lo que pudimos haber vivido si hubieramos comprendido que brillar podíamos sin tener que cubrir bajo una manta gris nuestro color...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tincho!!....me gusta mucho como escribis!..sos un niño genio!!...
Me encanta leer lo que subis, pero realmente hoy leí muy por arriba, igual te digo, que por lo menos a mi, me gusta poder disfrazarme y que nadie sepa lo que me pasa por dentro, por lo menos asi me siento menos vulnerable, quizas sea una idiotez, pero es lo que me pasa...
Bueno...besos!!

Fabro Tranchida dijo...

Rompamos todo
y droguemonos
en
una
playa
lisergica
del
s
u
r